Ahhh, no puedo evitar siempre suspirar por mi verdadero gran amor pre-adolescente. Leila era una chica rubia, algo petisona, delgada y muy, muy hermosa. Al menos así la recuerdo.
Mi enamoramiento con Leila duro más de un año. Y mi compartamiento con ella marcara como será mi relación con mis posteriores enamoramientos.
La conocí en mi nueva escuela. Ella iba a un grado mayor que el mío. Claro que en esa edad yo era un pendejo para ella, que boludez. En fin, así yo que recuerde nunca hablamos o conversamos en serio. Nos mirabamos, sonreiamos, pero nada más.
Así pasaron un par de semanas y a ella le encantaba tener un boludito por detrás que gustase de ella. Así, Leila pasó a despreciarme dulcemente primero y luego de unos meses de forma burlona. Para ella fui un juego. Para mi la chica que me gusto en serio, en serio, por primera vez... y durante mucho tiempo.
viernes, 4 de mayo de 2007
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